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Para entrar en esa "isla misteriosa"

Junio/2011
El Cardenal Martini acerca la oración bíblica a los más pequeños

¿Pero cómo aprender a orar? Es muy fácil. Basta ponerse a hablar con Dios como si lo hicieras con un amigo, como si te encontrarses sobre las rodillas de tus padres o de tus abuelos.

Ya habrás entendido que no quiero hablarte de esa oración que se dice recitando fórmulas, como el Padrenuestro o el Ave María; también así es estupendo orar, pero es importante que tu conozcas una oración más espontánea, que nace de la lectura de una página de la Biblia.

Si quieres, te enseño algunos secretos que te permitirán entrar más fácilmente en la "isla misteriosa" de la oración. Esta isla no es como la de Peter Pan... ¡esta isla existe de verdad!

Ya sé que estás lleno de vitalidad y tienes ganas de correr, saltar, cantar, gritar; por eso, el primer secreto al principio no te gustará, pero fíate, antes de entrar en oración, haz un minuto de silencio. Recuerdo que pedía este silencio absoluto -se tenía que oir el vuelo de las moscas- a los niños y a los jóvenes con los que me encontraba, antes de recitar uan oración con ellos. En ese momento se extrañaban de esta petición, pero después la aceptaban con agrado y, desde el silencio, la oración resultaba más gozosa e intensa.

En segundo lugar, no empieces en seguida a rezar por ti, por papá y mamá o por tus amigos, sino comienza  con una acción de gracias y una alabanza; por ejemplo, puedes decir esto: Dios mío, te doy gracias por los dones que me das y te alabo por tu infinita grandeza y bondad.

Después de haberle dado gracias, ponte delante de él, sin esconderle nada...

 

Tomado de Una Palabra para ti. Páginas bíblicas para los más pequeños

del cardenal Carlo Maria Martini (E. Khaf, 63-64)

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