Jesús viene a nuestro encuentro.
Para acogerle, hagámonos encontradizos con Él.
Viene a nosotros en el hambriento.
Viene en el desnudo.
Viene en el que se encuentra solo.
Viene en el alcohólico.
Viene en el drogodependiente.
Viene en la prostituta.
Viene a nosotros bajo la semblanza del mendigo callejero.
Acaso venga a ti o a mí en el padre que se encuentra solo, en la madre, en el hermano o hermana.
Si les rechazamos, si no salimos al encuentro, es a Jesús a quien rechazamos.
EDICIONES KHAF
Xaudaró 25, 28034
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